
Cuando entras a una entrevista de trabajo, los primeros minutos pueden marcar la diferencia entre que el entrevistador te vea como el candidato ideal o simplemente como uno más. Estudios señalan que muchos reclutadores forman una opinión sobre el aspirante durante los primeros cinco minutos del encuentro. Por eso, preparar bien esos instantes iniciales puede incrementar tus posibilidades de éxito de forma considerable.
La puntualidad es una señal de que respetas el tiempo del entrevistador y eres organizado. Llegar al menos 10-15 minutos antes de la hora pactada te da margen para acomodarte, relajarte y demostrar compromiso. Además, llevar contigo tu currículum, cartera o portafolio bien presentados y copias de ser necesarias resulta un gesto profesional.
Tu atuendo, tu postura y tus gestos hablan por ti antes de que digas una sola palabra. Vestir de forma adecuada al entorno de la empresa transmite profesionalismo. Mantén contacto visual, da un apretón de mano firme y siéntate erguido: estos son elementos clave para proyectar confianza.
Una sonrisa sincera, un saludo cordial y una actitud abierta crean un ambiente positivo desde el principio. Cuando saludas al entrevistador –y al personal de recepción o a quienes te acompañan hasta la sala– te estás presentando como alguien amigable, accesible y profesional. No esperes a que empiece la entrevista: desde que entras por la puerta, tu comportamiento cuenta.
En esos primeros minutos conviene dejar en claro que conoces la empresa, el cargo y el sector. Haber investigado sobre la organización y el rol te permite conectar tus respuestas desde el inicio con sus necesidades. Por ejemplo, puedes mencionar brevemente por qué te interesa ese trabajo, qué te motiva del rubro y cómo puedes aportar al equipo.
Una entrevista no es un espacio para hablar sin dirección. En esos primeros instantes, cuando te pregunten “Cuénteme sobre usted”, prepara un resumen conciso: tu formación, tu experiencia más relevante y qué te hace un buen candidato para ese puesto. Evita divagar, repetir información o perder el foco.
Cada persona que te recibe, cada saludo en la entrada, cada gesto cuenta. Trata a cada miembro del personal con respeto y amabilidad. Los reclutadores suelen observar cómo interactúas en el entorno, no solo durante la pregunta-respuesta.
Estas recomendaciones son válidas para cualquier sector, pero cobran especial relevancia cuando estás postulando a puestos en el entorno aeroportuario, ya sea atención al pasajero, logística, servicios de tierra o retail dentro de un aeropuerto, donde la imagen, la actitud de servicio, la puntualidad y la capacidad de adaptarse a entornos dinámicos son altamente valoradas.
En el rubro aeroportuario, los primeros cinco minutos pueden transmitir si tienes la vocación de servicio, la eficiencia y la presencia que se espera en un ambiente diverso, ruidoso y orientado al cliente internacional. Prepararte bien te permitirá destacar entre otros candidatos y acercarte a formar parte de este excitante ecosistema.
Los primeros cinco minutos de la entrevista pueden definir tu impresión ante el entrevistador. Llegar puntual, vestir de forma profesional, saludar con entusiasmo, presentar lo que puedes aportar y mostrar una actitud abierta son pasos fundamentales. Si estás buscando trabajo en el ámbito aeroportuario, aplicar conscientemente estas buenas prácticas te pondrá en la senda ideal para impresionar y avanzar.
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